El misterio de la Trinidad: Alguna vez un presbítero decía a sus feligreses, con motivo de la fiesta de la Trinidad: “Queridos hermanos y hermanas hoy celebramos la fiesta de la santísima Trinidad. Ante este gran misterio no podemos más que callar y contemplar; razón para que esta homilía termine aquí”.
“La Trinidad -decía un amigo del arte religioso-, es como los vitrales de las grandes catedrales góticas, que dejan ver su belleza y muestran sus colores solo si se miran desde el interior”.
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